viernes, 13 de mayo de 2011

Anuncio

Hola :) Les quiero mostrar mi nuevo blog, la historia esta increíble, lo juro. ojala entren, lean, comenten y me sigan, y claro, inviten a sus conocidos y amigos a leerlo.
el libro es muy de mi estilo, amor y demonios, es interesante porque en un punto le agregare algo de misterio. el caso, entren y vean :D
http://mfily.blogspot.com/
http://mfily.blogspot.com/
http://mfily.blogspot.com/

martes, 26 de abril de 2011

Capitulo 14

Catalina abrió la puerta y vio a su amado, se encontraba atado a una silla, la habitación era totalmente blanca, ella corrió hacia a él para abrazarlo, algunas lagrimas resbalaron de sus ojos claros lo que hizo que viera borrosa la imagen. Grisel levanto la mirada y cuando la vio sonrió pícaramente como tanto le encantaba a ella, pero esta vez su sonrisa era diferente, daba miedo pero a ella no le importo, solo quería tocarlo para decirle que todo estaba bien. ¿La habitación era tan grande? Por más que corriera no podía alcanzarlo. De pronto Grisel extendió sus brazos que atravesaron sin ningún esfuerzo las cuerdas que lo sujetaban y los dirigió hacia ella.
- Te estaba esperando amor.- Levanto su rostro y Catalina vio como los ojos del hombre que amaba tornaban oscuros, quiso detenerse pero algo se lo impedía, el cuerpo del hombre que tenia al frente se levanto y su figura cambio por completo, era una imagen que ella conocía muy bien.
- ¿Ald?- Alejandro se levanto y abrió aun mas los brazos esperando el abrazo de ella y Catalina comenzó a llorar por el miedo que le tenía al hombre.- ¡Aléjate!- Le grito muchas veces pero antes de darse cuenta sus cuerpos estaban a punto de tocarse y sintió que algo le atravesaba el estomago, bajo la mirada y se encontró con la navaja de Grisel enterrada en su abdomen.
- Mi hijo.- Lagrimas gruesas se resbalaron por su mejilla.- ¡MI HIJO!- Todo a su alrededor se torno oscuro y lo único que sintió fue un liquido caliente saliendo de su herida profunda resbalándose por sus piernas.
Catalina de la pesadilla tan real que tuvo se levanto de golpe y sus manos pasaron por su barriga revisando que todo estuviese bien, se sentó y volvió a llorar en silencio. Acaricio su abdomen hinchado protegiéndolo inconscientemente de la nada.
- Todo va a estar bien.- Susurro Catalina.- No dejare que nada te suceda.- Siguió con el mismo movimiento hasta volver a caer dormida sobre las mantas.
Los rayos del sol de la mañana calentaron el cuerpo de Catalina haciéndola despertar, miro a su alrededor y recordó donde estaba, había sido una horrible pesadilla la de anoche. Los alrededores de la casa parecían tranquilos, algunos pájaros cantaban y a lo lejos se escuchaban los aldeanos comerciando desde temprano. Ella se acerco a un pequeño espejo que tenía en la habitación y observo como tenia de desorganizado el cabello, era un total desastre, trato de hacer algo pasándose los dedos como un cepillo pero no logro ningún resultado, decidió recogérselo en una cola de caballo. Volteo su mirada hacia la cama y empezó a recoger todas sus cosas para organizar un poco el lugar, luego se cambio de ropa por un vestido muy suelto y cómodo de color verde, era bonito pero no era mas cómodo que los jeans que estaba utilizando hace poco.
- Pero una reina tiene que comportarse de este modo. Siempre estar presentable.- Susurro Catalina para ella misma. Miro el reflejo de su rostro en el espejo y sonrió, que asco, se pregunto hace cuanto que no se lavaba los dientes y prefirió no pensarlo. Recordó sus viejos tiempos en la Tierra donde todo era más fácil por lo avanzados que ya eran los humanos allí, en ese lugar parecía como si apenas se estuviera atravesando por la edad media. Recordó a sus amigas que las habían apoyado incondicionalmente y las extraño más que nunca, se había comportado como una tonta, deseo volver atrás, justo antes de haberse enamorado de Alejandro, cuando todo era perfecto con Grisel. Cuanto los extrañaba a todos, sin ninguna acepción, extrañaba lo gótico de Elena, su música a todo volumen y como se vestía, siempre con esa actitud rara. A la memoria le vino una imagen a su cabeza de una niña pelirroja con pecas: Laura. Catalina casi derrama unas lágrimas al acordarse de su mejor amiga, ella siempre estuvo allí a su lado incondicionalmente. Las extrañaba demasiado.
Alguien de pronto toco a la puerta.
- Señorita Catalina, debemos apresurarnos.- Era uno de los soldados y yo firmemente recogí mis cosas y salí  de la habitación, mire al soldado a la cara y como siempre su expresión fue seria.- Hicimos cálculos y si avanzamos por una ruta segura que encontramos podremos llegar al lugar en una semana.- Ella sonrió de la alegría, cada vez más cerca de su amado.
Los soldados y Catalina retomaron su camino de inmediato, subieron a sus caballos y los hicieron ir rápido como la ultima vez, corrieron por un largo rato hasta que apareció un paisaje divino, era un valle lleno de flores de todos los colores posibles, el pasto era de un verde brillante y al fondo se veía un increíble cielo azul sin ninguna nube. Catalina se quedo viendo el paisaje mientras seguía moviéndose y le pareció hermoso. Pasaron durante el día muchos paisajes de este tipo hasta que llegaron a un tipo de senda que tenia por sus dos lados unos árboles enormes que hacían ver todo oscuro, la noche había caído otra vez sobre este mundo.
Grisel abrió los ojos adolorido, se encontraba de nuevo solo en la habitación sentía como si toda su mano estuviera hinchada y latiendo al ritmo de su corazón, dejo escapar una lagrima. Con su mano sana paso las yemas de los dedos sobre el lugar donde debería tener uñas y se preocupo por si contagiaba alguna infección, debía de inventarse algo para salir de allí rápido, pero antes debía de entender que era lo que en verdad estaba pasando, les había dicho lo que le habían preguntado, pero esta nueva pregunta era incoherente, le decían que hablara pero no le decían sobre qué cosa, se sentía muy confundido y preocupado, se imagino todo lo que Catalina estaba pasando por él y se arrepintió por no haber sido más cuidadoso. Escucho un ruido y creyó que había sido su imaginación pero lo volvió a escuchar y supo que alguien estaba entrando. Valery encendió las luces blancas y sonrió.
- Es bueno volver a verte Grisel, ¿Cómo lo has pasado? Tienes que aceptar que este es uno de los mejores hoteles en todo el reino.- Ella se rio por su comentario sarcástico y espero que el dijera algo en contra de manera también sarcástica pero en cambio el agacho su mirada y se quedo en silencio. Estaba cansado, no podía más. Esta acción enfureció un poco a ella porque su único trabajo era torturar a Grisel.- Lastima que tu novia no pueda estar hoy con nosotros, pobre Gril, pobre Gril.- Grisel se sorprendió por el apodo y ella se rio. Hacía mucho tiempo que alguien lo llamaba de esa manera.
La luz que la habitación no era verde si no que azul. Yo me quede mirándola mientras que ella solo observaba la habitación.
- ¿Puedo preguntarte algo?- Dijo con voz ronca. Yo le sonríe con cariño y le aparte un cabello de su rostro.
- Para eso estas aquí. ¿No?- Ella asintió con la cabeza. Quiso reír un poco de lo que había dicho pero se dio  cuenta que apenas podía pronunciar unas palabras.
- ¿Cómo puedo llamarte?- Su pregunta me tomo por sorpresa y no pude evitar poner los ojos como platos. Estaba esperando escuchar preguntas totalmente diferentes a estas.
- Eh... Si quieres puedes llamarme Gril cuando estemos los dos pero si estamos con alguien más simplemente llámame jefe.
Grisel sonrió con cariño al recordar los buenos tiempos, cuando apenas había conocido a Catalina y como poco a poco ella lo había enamorado.
- Por favor déjame ir.- Dijo Grisel con la poca fuerza que tenia, ella se sorprendió al ver lo cansado que estaba y se preocupo un poco.- Déjame…
- Grisel.- Pronuncio ella sin agregar nada más y salió de la habitación en silencio dejando a él lamentándose. Miro hacia el final del pasillo y una lágrima se resbalo por su mejilla, recordó como tiempo atrás había amado a un hombre pero él le había correspondido con golpes, las últimas palabras que ella pronuncio antes de que el desaparecieran fueron: ¿No ha sido suficiente? Déjame. Sabía que él no podía  aguantar mucho mas todo ese dolor, era sencillo de notarlo.
De un momento a otro apareció un guardia corriendo hacia ella, llevaba el uniforme respectivo del cuartel, una especie de mascara que le cubría todo el rostro y un traje amarillo que era horrible. El hombre se detuvo al frente de ella y después de haber tomado un segundo aire se erguió y la miro a los ojos.
- Nuestro señor desea verte de inmediato. Dice que uses tu mejor atuendo, que esta noche cenaran juntos.- El soldado se marcho de la misma manera en que había llegado y ella se pregunto si en realidad alimentaban a su prisionero, de un momento a otro como los cambios de humor de una mujer sintió lastima por el sufrimiento que Grisel estaba pasando. Estuvo un momento más al lado de la puerta y después camino hacia la oficina de su jefe.

domingo, 24 de abril de 2011

Capitulo 13

- Reina, encontramos una pista.- Habían pasado semanas desde que Grisel se encontraba en las manos de Ald y aun no se había encontrado un lugar donde localizarlo. Catalina volvió la mirada hacia el soldado que había hablado, ¿Sería esta vez cierto? Muchos del reino habían llevado ante ella hombres diciendo que eran Grisel solo para ganar una recompensa. ¿Sería esta vez cierto?
- Habla soldado.- Dijo Catalina con una voz autoritaria.
- Encontramos altos usos de energía en una zona en las afueras del reino, investigamos un poco y de allí salen extrañas radiaciones.
- ¿Radiaciones?- Que extraño, Catalina se pregunto de que se trataba, pero no podía preguntar demasiado en ese lugar, había intentado enseñar muchas cosas a las personas del reino pero el simple termino de un iPod o un robot no lo entendían de ninguna manera.
- Esperamos ordenes majestad.- Catalina acaricio su barriga que había crecido bastante.
- Necesitamos las mejores opciones.- La reina abandono el salón real y se dirigió a su habitación, no podía continuar allí sin hacer nada. Noto que el soldado la había seguido hasta allí.- Prepara a cuatro de tus mejores hombres, los más inteligentes, fuertes y astutos. Los necesito en una hora en el jardín del palacio.
- Si señora.- El soldado de apresuro a cumplir la orden de Catalina y ella sacó de debajo de su cama una maleta que había traído de la Tierra. Guardo allí elementos necesarios para un viaje largo, algo de primeros auxilios, unas mantas, un poco de ropa de cambio y elementos necesarios de batalla.
Se quito el vestido que llevaba y desdoblo de un lugar de su armario ropa normal que usaba cuando apenas era una niña y no aceptaba lo que era. Se sintió rara usando de nuevo jeans y camiseta, era como un extraño sueño del pasado. Se dejo el cabello suelto y desorganizado como antes, en sus ojos vio algo parecido a una luz de aventura, se sentía bien ser como antes, muy bien. Observo lentamente su cuerpo, no había cambiado mucho desde entonces, aun parecía una chiquilla excepto por la panza que le salía.
Se asomo a la ventana y vio a los cuatro hombres que la iban a guiar hacia Grisel, eran perfectos para el trabajo. Catalina se puso sus converse y camino con rudeza hacia la entrada del palacio. El general del ejército la vio y se sorprendió por las extrañas ropas que usaba.
- eemm… Estamos listos- Dijo el general tratando de no observar su atuendo durante mucho tiempo.
- General, si no tiene noticias nuestras en 15 días considere que estamos en peligro.
- Si, su majestad.- Las personas de servicio que se quedaban en el palacio hicieron una reverencia a la reina viéndola quizás por última vez.
Catalina se acomodo sobre un caballo blanco mientras los demás soldados que la acompañaban iban sobre caballos totalmente negros, se veía realmente hermoso.
- Vamos.- Catalina estaba decidida, iba a encontrar a su prometido y luego iba a asesinar al hombre que había jugado con ella toda su vida. Quizás ni siquiera lo asesinaría, Ald no merecía la muerte.
Los caballos corrieron a más no poder por las calles del reino, por donde pasaban las personas señalaban a la reina y se preguntaban si en verdad era ella. El cabello de Catalina se movía desordenadamente por el viento, se sentía bien cuando mechones de cabello le pegaban en la cara. No abandonaron el reino sino hasta el anochecer.

Una luz repentina lleno toda la estancia, era tan fuerte que Grisel despertó incomodo y un poco asustado. Miro a su alrededor, nada había cambiado, el seguía en el mismo lugar, atado a una estúpida silla.
- ¿Vas a hablar?- Pregunto Valery que ahora usaba una sudadera negra, Grisel alcanzo a ver la marca, era Adidas.
- Genial, el hombre al que amas te da todo lo que quieres menos su cariño, que cómico. No me parece que sea muy justo pero igual no es mi problema.- Grisel sonrió pícaramente y Valery se enfado con él.
- ¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo? No se te olvide que yo poseo tu vida en mis manos
- Ussshhh, pero será de lejos, porque hasta el momento me has mostrado todas tus debilidades.- Grisel rio fuertemente. Valery no lo entendió.
- ¿Mucha risa? Voy a darte algo que si te hará reír.- Valery acerco una mesa hacia Grisel donde se encontraba un extraño instrumento de tortura. Ella rio y Grisel se preocupo, habían gotas de sangre secas en el extraño aparato.- Vamos a ver si puedes resistir a esto señor payaso.
Con una fuerza extraordinaria agarro una de las manos de Grisel y en un movimiento rápido la amarro al instrumento, antes de que pudiera reaccionar de alguna forma el ya tenía todo el brazo atrapado por el macabro instrumento.
- ¿Qué me haces bruja?- Grito desesperado por librarse de lo que tenia al frente.
- Es algo muy simple Grisel, solo bajo esta palanca y tú te quedas sin uñas, ¿Qué te parece? Yo misma lo conseguí.
- ¿Qué?- Susurro Grisel, estaba asustado, no lo podía negar, quería alejarse de todo aquello en ese instante.- ¡NO! Déjame, por favor, déjame.
- ¿Hablaras?- Grisel se quedo callado pensando solo en como librarse del instrumento.- ¿No? Qué pena, pero así no funcionan las cosas. Valery rodeo de una manera sexy la mesa, luego de un momento a otro se volteo a mirar a Grisel, le pico un ojo y jalo la palanca.
Por todo el cuartel se escucharon gritos escandalizados de un hombre, los gritos llegaron hasta Ald que se encontraba sentado en su escritorio. Le dio un mordisco a su manzana y sonrió.
- Jaque Mate.

- Catalina, tenemos que descansar, estamos a punto de salir del reino pero ya oscureció, en el bosque hay lobos y animales peligrosos, mejor aguardar hasta el amanecer aquí.- Catalina lo pensó por un instante y por más que quisiera seguir adelante el soldado tenía razón.
- Ok, pediremos posada a alguna familia que viva por aquí.
Caminaron por las calles cercanas de la zona, todas eran iguales que las otras, construidas de dos pisos, con vestimentas secándose en las ramas de algunos árboles. Los soldados hablaron con unas familias hasta que decidieron donde se quedaría esa noche a dormir la reina, revisaron que no hubiera ningún peligro en esa casa y luego llamaron a Catalina para que entrara al lugar.
Catalina se encontró con la dueña de la casa, era madre de dos hijos que ya eran demasiado grandes para vivir allí así que vivía sola porque su esposo se había perdido en la guerra, ella tenía el cabello rubio pero descuidado y su cara ya estaba llena de arrugas.
- Bienvenida a mi sencillo hogar reina.- La señora se inclino ante Catalina y cuando se levanto de nuevo la reina vio como estaba vestida, tenía un hermoso vestido blanco, en verdad que se le veía muy bien.
- Muchas gracias por todo esto, solo estaremos aquí una noche, nada más, que pena por la molestia.
- No es ninguna molestia, es un honor tenerla aquí como huésped. – Catalina sonrió con las mejillas sonrosadas.
- Muchas gracias señora.
- Ahora te mostrare donde puedes dormir, sígueme por favor.- Guio a Catalina por unas escaleras muy estrechas e inclinadas y la llevo al segundo piso, el espacio no era muy grande, solo había un corredor el cual tenía cuatro puertas, una que sería por esa noche el cuarto de Catalina, otra que sería el cuarto de los soldados, otra que era el baño y la ultima que era la habitación de la dueña de la casa. Cuando dejo a Catalina en su cuarto correspondiente la reina le explico que tal vez ellos no se iban a ver mañana en la mañana porque el camino que tenían que recorrer era muy largo y tenían que llegar rápido a un lugar así que dejo a la señora segura de que no la iban a molestar demasiado.
Catalina se sentó en la pequeña cama que había en su habitación, las cobijas de lana eran rasposas y picudas, agradeció que hubiera traído unas mantas. Observo el lugar y en él no había mucho, una mesa con un cajón que serbia de armario y la cama, había una pequeña abertura que serbia como ventana, ella se sintió ahogada, pensó en el sufrimiento de Grisel y se dijo que esto no era nada a comparación del dolor que estaba sintiendo su amado. Cerró los ojos y trajo a su memoria las caricias que le había hecho en las noches. Cuando con sus dos manos sostenía el cuello de Catalina mientras la besaba apasionadamente, como sus dos cuerpos se habían unido como uno solo, por un momento llego a sentir de nuevo el calor del cuerpo que su amado siempre le ofrecía, lo necesitaba otra vez, sus caricias eran una adicción.
Recordando los momentos que habían pasado juntos de un momento a otro se quedo profundamente dormida sobre sus mantas.

miércoles, 26 de enero de 2011

Mi otro blog

Hola, como ya escribi la vez pasada estoy super avergonzada con ustedes por dejar de escribir aunque a la mayoria de ustedes no creo que les alla importado..
Aqui les dejo mi nuevo blog donde escribo cosas, no es una historia, solo es un blog :)
http://ladelamujerfloppy.blogspot.com/

jueves, 20 de enero de 2011

MIL DISCULPAS

Estoy muy avergonzada de hasta ahora aparecerme por aqui, sé que talvez no haber mostrado señas de existencia sea imperdonable, pero debo de decir en mi defensa que estaba pasando una epoca muy dura. Encerio lo lamento artisimo!
El problema mas grande que tuve desde el principio con este blog fue mi falta de organizacion, construi algo con base de caos. Yo hubiera seguido escribiendo si hubiera empezado bien desde el principio.
Se que esto no es suficiente para que me perdonen pero es que yo habia escrito un texto como de mil hojas donde yo explicaba todo pero al tratar de publicarlo se borro por problemas del F* internet asi que en este texto no estoy tan sentimental como lo estube en el anterior. Solo quiero decirles que espero que me perdonen por no haber publicado nuevos capitulos, encerio nunca pense que esto hiba a pasar. Lo que me puede dar un poco de lastima es que hay unos que nisiquiera les importa, pero a mi si me importa asi que quiero que comenten esta entrada asi sea para decirme cosas horribles o buenas. No me importa lo que ustedes opinen de mi, osea, me importa mucho lo que opinan pero no me importa si es bueno o malo, solo me importa saberlo lo antes posible.
Estaba pensando que quizas yo era mejor escribiendo cuentos cortos o pensamientos y descubri que me encontraba en lo cierto asi que decidi crear otro blog donde hago eso, escribir historias que no necesitan ninguna continuacion, eso es mucho mas facil para mi. En este momento no hay ningun seguidor en ese blog, pero no me importa mucho, lo que me importa es no dejar de escribir, porque siento que necesito expresarme de esta forma, simplemente no puedo detenerme, y menos despues de no haber escrito nada durante siglos.
Lo lamento
MIL DISCULPAS Y MUCHAS GRACIAS POR TODO
porfavor comenten, lo necesito. Me gustaria saber si sigo escribiendo esta historia de amor para ponerle un final y listo o simplemente no terminar la historia y seguir con mi blog donde escribo mis pensamientos.
Lo lamento!!!

domingo, 24 de octubre de 2010

El jardin de las flores secas. Entrega 12

Capitulo 12
(Prov. Valery)
No podía creer que estuviera haciendo todo esto por poder, territorio y oro. Era verdad lo que decía mi madre de mi vida: Yo haría lo que fuera por dinero y por eso terminaría con una vida triste.
Apenas unas horas antes me encontraba feliz, relajada y contenta en una hermosa fiesta de mascaras con mi jefe y amor de mi vida que se llama Ald y ahora me encuentro en un lugar completamente blanco con mi vestido de fiesta rojo y torturando a un hombre. Pensé que Ald me amaba pero me doy cuenta que solo me quiere por mis habilidades de guerra, es cómico como cambian de rumbo las cosas.
Mi paciencia ya se estaba acabando, este hombre, Grisel, me estaba desesperando, avían pasado dos horas y no había hablado de ninguna debilidad de la reina y necesitaba en ese momento respuestas sobre las cosas malas de madam Catalina antes de que llegara mi amor Ald y lo decepcionara.
Me mire el reflejo en un pequeño espejo que decoraba la habitación donde había amarrado a Grisel, no lo podía negar el era un hombre muy apuesto pero había algo que no me gustaba de él, su actitud de persistencia de resto todo me gustaba, sus sexis ojos grises, su cabello revuelto oscuro, su pálida tez, los músculos de su cuerpo me hacían desearlo.
- Lastima que tengas prometida.- Le dije yo secando un cuchillo de carnicero que acababa de enterrar en su muslo derecho. El mi miro con rabia a los ojos y yo me le acerque cogiendo sus mejillas.- Serias un buen partido para cualquiera, que suerte tiene la dama Catalina.- Yo suspire cansada de este juego, solo quería que termináramos de una vez para poder irme a dormir, o mejor a desayunar. Hace unas pocas horas había amanecido pero en ese lugar no se notaba la diferencia entre el día y la noche por ser una habitación bajo tierra.- Esta bien, ya me canse de este juego mesie Grisel, así que por favor hable o tendré que asesinarlo de una manera muy lenta. Para que le sea más fácil piense en su familia, usted le aria mucho daño si usted terminara muerto así que por favor comience a cantar de una vez.
- Ni ensueños, no diría nada que pudiera lastimar a mi amada. ¿Dónde está Ald? ¿Qué le está haciendo a mi prometida?- Grito tan fuerte que me hizo retroceder muy poco, aunque yo fuera humana tenia extraños dones y uno de ellos era mi fino oído que podía escuchar cualquier cosa, por eso los espectros me habían elegido a mi entre miles de humanos sin ninguna importancia.- Tengo hambre, ya verás que cuando me largue de este lugar tu serás la primera que pagara por todo esto.
- Aja, si claro Grisel, te creo, si es que acaso me encuentran o si acaso te encuentran… Vivo.- Sus ojos se abrieron más de lo normal, me encantaba su cara asustada, se veía aun más sexy, yo aria cualquier cosa para que un hombre así me amara en cuerpo y alma.- Solo tienes que decir un punto débil de ella.
- Ella no tiene ningún punto débil, es hermosa, poderosa, inteligente,…- El comenzó a decir miles de cumplidos a los que no puse cuidado, solo comencé a pensar ¿Y si estaba en lo cierto? ¿Y si Catalina en realidad no tuviera ningún punto débil? En los ojos de Grisel se notaba un brillo de amor y admiración mientras hablaba y en ese momento la respuesta se rebeló ante mis ojos y sonreí.
- Es tan claro.- Dije interrumpiéndolo y el se quedo callado.- Catalina si tiene un punto muy débil.- Me reí levemente y lo mira a sus ojos aun sonriendo dejando ver mi perfecta dentadura.- Pero si su punto débil eres tú. Siempre estuvo muy claro.- Grisel puso los ojos en blanco y trago saliva y yo me reí fuertemente en su cara- Por fin, muchas gracias querido, me has ayudado mucho, ahora puedes dormir y descansar porque ya tengo la respuesta. Esto es increíble.
El me miro con ojos suplicantes casi con lagrimas y yo riendo Salí de esa horrible sala ya manchada con sangre en lugares específicos de las paredes y el piso y tras de mi apague la luz dejando a oscuras en lugar.
(PROV. Grisel)
Estaba agotado, ya no quería hablar ni replicar a los insultos de la esbelta mujer que tenia al frente, quería dormir de nuevo junto a Catalina.
- Lastima que tengas prometida.-Dijo ella suspirando un poco ¿Pero que le pasaba? Me tortura toda una noche y aun así le gusto. Odiaba a esa mujer, cuando pensé que ella iba a parar de hacerme sufrir comenzó de nuevo a hablar.- Serias un buen partido para cualquiera, que suerte tiene la dama Catalina.- Los dos suspiramos muy cansados de la situación. Lo único que deseaba era volver a ver el rostro de Catalina sonriéndome diciéndome con sus ojos que todo estaba bien y que estaría bien. Cerré mis ojos para descansar mis parpados y los volví a abrir cuando comenzó a hablar de nuevo.- Esta bien, ya me canse de este juego mesie Grisel, así que por favor hable o tendré que asesinarlo de una manera muy lenta. Para que le sea más fácil piense en su familia, usted le aria mucho daño si usted terminara muerto así que por favor comience a cantar de una vez.
- Ni ensueños, no diría nada que pudiera lastimar a mi amada. ¿Dónde está Ald? ¿Qué le está haciendo a mi prometida?- Grite completamente desesperado, ya no aguantaba ni una hora más atado, las cuerdas alrededor de mis muñecas se estaban marcando en mi piel y la herida que esa mujer me había hecho en la pierna me ardía mas que nunca. Me daba tensión ver la sangre que se escurría lentamente por mi pantalón entrando a mis zapatos.- Tengo hambre, ya verás que cuando me largue de este lugar tú serás la primera que pagara por todo esto.
- Aja, si claro Grisel, te creo, si es que acaso me encuentran o si acaso te encuentran… Vivo.- ¿Eso qué significaba? Al fin y al cabo enserio me iban a asesinar sin importar si decía algo o no. Era lo peor que me había pasado en mi vida, peor que cuando me entere que mi amada me engañaba con un monstro porque ahora sabia que ella hiba a morir y yo también. Moví todo mi cuerpo tratando de zafarme de esa silla pero con cada movimiento las cuerdas se enterraban mas en mi piel y mis heridas dolían mucho mas.- Solo tienes que decir un punto débil de ella.
- Ella no tiene ningún punto débil, es hermosa, poderosa, inteligente, limpia, organizada, amigable, sociable, amorosa, valiente, decisiva, atlética, conocedora del mundo, increíble.- Dije todas esas cosas y suspire silenciosamente y me di cuenta que la mujer del vestido rojo había dejado de verme y estaba como en una posición pensativa ¿Había dicho algo interesante? De pronto vi como sus ojos lentamente se iluminaban pero con una luz brillante y volteo a verme.
- Es tan claro.- Dijo sonriendo y me quede tan callado como una tumba.- Catalina si tiene un punto muy débil.- se rio  y me miro a los ojos aun sonriendo dejando ver su perfecta dentadura.- Pero si su punto débil eres tú. Siempre estuvo muy claro.- Yo puse los ojos en blanco y trague saliva y ella como respuesta de mi reacción se rio fuertemente en mi cara. No podía estar pasando, ¿Ahora que más daño nos hiba a hacer?- Por fin, muchas gracias querido, me has ayudado mucho, ahora puedes dormir y descansar porque ya tengo la respuesta. Esto es increíble.
Ella camino rápido hacia una puerta de metal muy pequeña y aun sonriendo con un gesto se despidió de mi dejando la habitación en la completa oscuridad, espere a que mis ojos se acostumbraran a tanta penumbra pero no lo hicieron. ¿Acaso estoy bajo tierra? ¿Dónde estoy? De mis ojos cayeron lágrimas sin parar. No puedo negar que estaba muy asustado, ya mi cuerpo no podía soportar tanto dolor. Cerré mis ojos sin dejar de sollozar y pensé en Catalina deseando que estuviera bien. La última imagen que vi en mi mente antes de dormirme fue la de Catalina en un hermoso prado sosteniendo una pequeña criatura en sus brazos: Un bebe.

miércoles, 13 de octubre de 2010

El jardin de las flores secas. Entrega 11

Capitulo 11
(PROV. Catalina)
- ¿Entonces qué piensas hacer Catalina? ¿Matarme? Los dos ya pasamos por esa etapa, por favor esta vez se racional.- Me dijo apartándose un poco de mi lado y volteando la vista hacia la ventana donde la luz de la hermosa luna bañaba sus fracciones perfectas haciendo que la noche pareciera aun mas mágica. Era cierto, yo ya no lo amaba pero de igual manera ninguna chica en el universo podía negar que fuera un hombre que al verte con esos ojos te dejaba escapar un suspiro.
- Yo siempre he sido racional. Pero por el momento no quiero poner pelea por eso, solo tengo una pregunta por acerté y espero que me respondas con mucha sinceridad. ¿Qué es lo que sientes en este momento? Enserio, cada vez es más difícil entenderte, es como si cada minuto que pasara tu mente cambiara de fase. Por favor dime que no entiendo.
- Nadie me entiende, y tú lo sabes Catalina. Y pensar que hace unos años hubiera dado cualquier cosa por permanecer contigo, ahora no se en que creer.
- ¿Dar cualquier cosa? No diste nada para que la relación que teníamos siguiera adelante, ni siquiera diste algo para hacerme sentir feliz por una vez en mi vida. Yo creo que ni siquiera te entiendes a ti mismo.
- Yo siempre había sido contigo mi faceta real, nunca había sido tan abierto con nadie hasta que llegaste tu a mi vida como un parasito.- El se giro de nuevo mirándome a los ojos con rabia y yo le devolví la mirada casi con la misma fuerza.
- Primero que todo: ¿Parasito? Por favor, se supone que por lo menos esta noche estamos hablando como los adultos que somos. No me vengas con estupideces. Segundo: ¿Tan abierto? Eras más cerrado que el ataúd de mis padres, nunca me había sentido tan ignorada y sacada de planes en mi vida hasta que te conocí. ¿Por qué haces todo este drama? Si todo esto es tan importante para ti hubieras actuado de una forma totalmente diferente.- Sentí en el ambiente como de pronto Ald se tensionaba y hacia con sus labios una mueca de desespero.
- ¡Es que no entiendes que lo hice porque sabía que Grisel te podía cuidar mejor!- Grito desesperado y vi como solo en su pálido rostro mostraba terror y dolor. Me sorprendí tanto que literalmente quede con la boca abierta.- Yo solo quería lo mejor para ti, no puedo creer lo fácil que es engañarte, si supiera que ibas a reaccionar de ese modo me hubiera inventado otra escusa.
- ¿Qué estas intentando decirme? - Pregunte yo con la poca voz que aun me funcionaba y el se quedo callado por un segundo mirando al suelo y lentamente su mirada dulce se poso en mis ojos.
- Catalina, yo… yo… Te amo.- En ese momento quede en estado de shock ¿Pero qué @*+}_~ estaba sucediendo en ese lugar? – Te preguntaras porque te digo esto en este momento y es por una razón muy sencilla. Estoy pensando en retirarme y llevarte lejos a un lugar que conozco que es totalmente hermoso, imagínate, una pequeña cabaña, vista al mar, atardecer rojizo, tu, yo y una fogata.- Yo no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acaso era verdad lo que me decía o mis oídos me estaban fallando?- Cuando me retire podremos estar juntos para siempre, tener hijos y…
- ¿Hijos?- Pregunte ya dándome rabia por las palabras que salían como serpientes venenosas por su boca.
- Si, sería muy…
- Espera, si no recuerdas yo voy a tener un hijo pero con GRISEL, el hombre que no me dejo cuando más lo necesitaba, que siempre estuvo allí esperándome y protegiéndome de todo mal. Yo nunca en mi vida, espero que me escuches bien esto, nunca en mi vida pensaría de nuevo en enamorarme de ti y mucho menos ver pequeños monstruos destruyendo lo más hermoso que puedan encontrar como lo hiciste tu, así que asimila esta idea: Vas a terminar solo porque naciste solo y morirás de la misma manera. Ni te atrevas a preguntarme si siento lo mismo por ti, rompiste mi corazón y con eso te llevaste el único sentimiento bueno que tenia por ti. Este es tu tormento por hacer tanto caos de todas las maneras posibles, ahora cargaras solo con heridas en el fondo de tu alma.
- Solo te estoy pidiendo una oportunidad.- Hiba a replicarle cuando de pronto cayó al suelo arrodillado y levanto su mirada para poder mirarme a la cara. De sus ojos callo algo parecido a ¿Una lagrima? Cuando pensé que yo ya había enloquecido note que lo que había visto era cierto, ahora solo resbalaban lágrimas por las mejillas de Ald. Fue la escena más hermosa que había visto en mi vida y también la más deprimente.- Por favor.- Dijo en un sollozo.
- No, Ald. Lo lamento pero yo continúe con una mejor vida en la cual tu no apareces en el libreto de esta, es hora de que abras los ojos, causaste mucho daño, si tan solo te hubieras expresado mejor esto no estaría pasando.
Ald soltando unas lagrimas mas se levanto de donde estaba y con la cabeza gacha se seco su rostro con las mangas de su chaqueta. El dio media vuelta y de nuevo se quedo mirando la luna.
- Si tan solo no la hubiera cagado tanto te hubiera jurado por la luna que siempre tendrías mi amor y que nunca te dejaría sola.
- ¿Por la luna?  ¿Nuestra señora de la noche tan cambiante? Ese hermoso astro que cambia cada 30 días no es un buen símbolo para jurar. Más bien hubieras podido jurar por ti mismo que eras el dios en que creía y que pensaba que siempre hiba estar allí estable para mí. Es increíble todas las babosadas que hiciste solo por no saber cómo manejar las cosas.
Camine hacia él y me quede quieta a su lado mirando a la luna y a mi reino que se mostraba con todo su esplendor natural.
- ¿En este momento tu dios es el señor Grisel?
- No, no lo sé, quizá lo sea pero no quiero pensar en eso en estas circunstancias. No me gusta pensar de la misma forma para los dos, se me cruzan los cables del cerebro haciendo que yo colapse. Por cierto ¿Tú has visto a Grisel?- lo mire a la cara esperando respuestas pero Ald se quedo mudo mirando el cielo estrellado. Cuando solo pensé que Ald estaba recordando si lo había visto o no note que ya había pasado demasiado tiempo y que en sus ojos se podía notar que el no hiba responder a la pregunta.- Lo has visto ¿No cierto?- Mi voz tembló un poco por temor de lo que podría responderme si acaso lo hacía.
- Creo que lo mejor es que me retire en este mismo instante.- Dijo el medio abriendo la ventana.
- Espera un segundo, no te muevas. ¿Dónde está Grisel?- El me miro a los ojos y note un brillo pícaro en sus pupilas, NOOO.- ¿Qué le has hecho?
- Digamos que le estoy mostrando el cuartel que tengo creado.- Ald sonrió y se asomo mucho mas por la ventana ya listo para salir.
- ¡No te atrevas a tocarle ni un mechón de cabello! Si llego a enterarme que le has hecho un rasguño ni siquiera te daré le bendición de la muerte, va a ser todo lo contrario, dolor para el resto de tu vida.- Ald sonrió y lo último que vi de él fue una muy pequeña sombre caminando por la avenida principal. Lo odio.
Desee con todas mis fuerzas que mis hombres encontraran rápido a Grisel y capturaran a Ald, todo esto era una tortura completa.