miércoles, 13 de octubre de 2010

El jardin de las flores secas. Entrega 11

Capitulo 11
(PROV. Catalina)
- ¿Entonces qué piensas hacer Catalina? ¿Matarme? Los dos ya pasamos por esa etapa, por favor esta vez se racional.- Me dijo apartándose un poco de mi lado y volteando la vista hacia la ventana donde la luz de la hermosa luna bañaba sus fracciones perfectas haciendo que la noche pareciera aun mas mágica. Era cierto, yo ya no lo amaba pero de igual manera ninguna chica en el universo podía negar que fuera un hombre que al verte con esos ojos te dejaba escapar un suspiro.
- Yo siempre he sido racional. Pero por el momento no quiero poner pelea por eso, solo tengo una pregunta por acerté y espero que me respondas con mucha sinceridad. ¿Qué es lo que sientes en este momento? Enserio, cada vez es más difícil entenderte, es como si cada minuto que pasara tu mente cambiara de fase. Por favor dime que no entiendo.
- Nadie me entiende, y tú lo sabes Catalina. Y pensar que hace unos años hubiera dado cualquier cosa por permanecer contigo, ahora no se en que creer.
- ¿Dar cualquier cosa? No diste nada para que la relación que teníamos siguiera adelante, ni siquiera diste algo para hacerme sentir feliz por una vez en mi vida. Yo creo que ni siquiera te entiendes a ti mismo.
- Yo siempre había sido contigo mi faceta real, nunca había sido tan abierto con nadie hasta que llegaste tu a mi vida como un parasito.- El se giro de nuevo mirándome a los ojos con rabia y yo le devolví la mirada casi con la misma fuerza.
- Primero que todo: ¿Parasito? Por favor, se supone que por lo menos esta noche estamos hablando como los adultos que somos. No me vengas con estupideces. Segundo: ¿Tan abierto? Eras más cerrado que el ataúd de mis padres, nunca me había sentido tan ignorada y sacada de planes en mi vida hasta que te conocí. ¿Por qué haces todo este drama? Si todo esto es tan importante para ti hubieras actuado de una forma totalmente diferente.- Sentí en el ambiente como de pronto Ald se tensionaba y hacia con sus labios una mueca de desespero.
- ¡Es que no entiendes que lo hice porque sabía que Grisel te podía cuidar mejor!- Grito desesperado y vi como solo en su pálido rostro mostraba terror y dolor. Me sorprendí tanto que literalmente quede con la boca abierta.- Yo solo quería lo mejor para ti, no puedo creer lo fácil que es engañarte, si supiera que ibas a reaccionar de ese modo me hubiera inventado otra escusa.
- ¿Qué estas intentando decirme? - Pregunte yo con la poca voz que aun me funcionaba y el se quedo callado por un segundo mirando al suelo y lentamente su mirada dulce se poso en mis ojos.
- Catalina, yo… yo… Te amo.- En ese momento quede en estado de shock ¿Pero qué @*+}_~ estaba sucediendo en ese lugar? – Te preguntaras porque te digo esto en este momento y es por una razón muy sencilla. Estoy pensando en retirarme y llevarte lejos a un lugar que conozco que es totalmente hermoso, imagínate, una pequeña cabaña, vista al mar, atardecer rojizo, tu, yo y una fogata.- Yo no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acaso era verdad lo que me decía o mis oídos me estaban fallando?- Cuando me retire podremos estar juntos para siempre, tener hijos y…
- ¿Hijos?- Pregunte ya dándome rabia por las palabras que salían como serpientes venenosas por su boca.
- Si, sería muy…
- Espera, si no recuerdas yo voy a tener un hijo pero con GRISEL, el hombre que no me dejo cuando más lo necesitaba, que siempre estuvo allí esperándome y protegiéndome de todo mal. Yo nunca en mi vida, espero que me escuches bien esto, nunca en mi vida pensaría de nuevo en enamorarme de ti y mucho menos ver pequeños monstruos destruyendo lo más hermoso que puedan encontrar como lo hiciste tu, así que asimila esta idea: Vas a terminar solo porque naciste solo y morirás de la misma manera. Ni te atrevas a preguntarme si siento lo mismo por ti, rompiste mi corazón y con eso te llevaste el único sentimiento bueno que tenia por ti. Este es tu tormento por hacer tanto caos de todas las maneras posibles, ahora cargaras solo con heridas en el fondo de tu alma.
- Solo te estoy pidiendo una oportunidad.- Hiba a replicarle cuando de pronto cayó al suelo arrodillado y levanto su mirada para poder mirarme a la cara. De sus ojos callo algo parecido a ¿Una lagrima? Cuando pensé que yo ya había enloquecido note que lo que había visto era cierto, ahora solo resbalaban lágrimas por las mejillas de Ald. Fue la escena más hermosa que había visto en mi vida y también la más deprimente.- Por favor.- Dijo en un sollozo.
- No, Ald. Lo lamento pero yo continúe con una mejor vida en la cual tu no apareces en el libreto de esta, es hora de que abras los ojos, causaste mucho daño, si tan solo te hubieras expresado mejor esto no estaría pasando.
Ald soltando unas lagrimas mas se levanto de donde estaba y con la cabeza gacha se seco su rostro con las mangas de su chaqueta. El dio media vuelta y de nuevo se quedo mirando la luna.
- Si tan solo no la hubiera cagado tanto te hubiera jurado por la luna que siempre tendrías mi amor y que nunca te dejaría sola.
- ¿Por la luna?  ¿Nuestra señora de la noche tan cambiante? Ese hermoso astro que cambia cada 30 días no es un buen símbolo para jurar. Más bien hubieras podido jurar por ti mismo que eras el dios en que creía y que pensaba que siempre hiba estar allí estable para mí. Es increíble todas las babosadas que hiciste solo por no saber cómo manejar las cosas.
Camine hacia él y me quede quieta a su lado mirando a la luna y a mi reino que se mostraba con todo su esplendor natural.
- ¿En este momento tu dios es el señor Grisel?
- No, no lo sé, quizá lo sea pero no quiero pensar en eso en estas circunstancias. No me gusta pensar de la misma forma para los dos, se me cruzan los cables del cerebro haciendo que yo colapse. Por cierto ¿Tú has visto a Grisel?- lo mire a la cara esperando respuestas pero Ald se quedo mudo mirando el cielo estrellado. Cuando solo pensé que Ald estaba recordando si lo había visto o no note que ya había pasado demasiado tiempo y que en sus ojos se podía notar que el no hiba responder a la pregunta.- Lo has visto ¿No cierto?- Mi voz tembló un poco por temor de lo que podría responderme si acaso lo hacía.
- Creo que lo mejor es que me retire en este mismo instante.- Dijo el medio abriendo la ventana.
- Espera un segundo, no te muevas. ¿Dónde está Grisel?- El me miro a los ojos y note un brillo pícaro en sus pupilas, NOOO.- ¿Qué le has hecho?
- Digamos que le estoy mostrando el cuartel que tengo creado.- Ald sonrió y se asomo mucho mas por la ventana ya listo para salir.
- ¡No te atrevas a tocarle ni un mechón de cabello! Si llego a enterarme que le has hecho un rasguño ni siquiera te daré le bendición de la muerte, va a ser todo lo contrario, dolor para el resto de tu vida.- Ald sonrió y lo último que vi de él fue una muy pequeña sombre caminando por la avenida principal. Lo odio.
Desee con todas mis fuerzas que mis hombres encontraran rápido a Grisel y capturaran a Ald, todo esto era una tortura completa.

1 comentario: