sábado, 9 de octubre de 2010

El jardin de las flores secas. Octava y novena entrega.

Capitulo 8

Sin saber en qué momento el lugar comenzó a llenarse de luces, mascaras y gritos de júbilo. Por toda la plaza se veía toda clase de personas, algunas lujuriosas, otras misteriosas, otras cansadas, otras tímidas y sobre todo muchas ebrias. Nunca he entendido porque los ángeles normales celebran la inmortalidad de algunos ¿Acaso nosotros los inmortales les hemos pagado su comida y prendas de vestir? No, no lo creo. Nos internamos cada vez más en la plaza donde los inmortales se podían distinguir aun más porque ellos llevaban puesto elegantes trajes y se sentían como la fuente con más poder en el mundo. Son unos arrogantes que se creen más que todos.
Hiba reflexionando en todo esto cuando note que nuestro paso disminuía y que por donde pasábamos las personas tenían únicamente reacciones extremas: Algunos comenzaban a susurrar en los iodos de otros observándome, otros no les importaba si me daba cuenta o no, simplemente me señalaban con sus largos y delgados dedos y llego un momento en el que todos en el lugar iniciaron un silencio sepulcral observándome detalladamente. [Catalina, ayúdame. Esto es muy incomodo, todos parecen zombies, simplemente me miran como si fuera la nueva carroña.] Sentí mis manos con un sudor frio por la tensión que se sentía en el aire y al mismo tiempo sentí un viento helado que recorría mi cuello.
No supe que hacer hasta que un ángel de mi estatura subió torpemente al escenario instalado y comenzó a hablar por los altavoces, ¡Por fin alguien entraba en razón!
- Eh… - Exclamo aclarándose la garganta.- MM.… Que sorpresa es la que vemos esta noche por aquí ¿No?- Todos en silencio voltearon a mirarlo pero sin hacer ningún ruido.- Hoy tenemos la suerte de encontrarnos con el mismísimo Grisel en persona, pero les aseguro que el vino en son de paz, no se crean los rumores. Este honorable chico no mataría ni a una mosca.
Notablemente la tensión disminuyo de todos en el lugar con un claro suspiro ¿Qué pasa? ¿Pensaban que los hiba a asesinar? ¿Por qué? Rápidamente las personas se dispersaron y volvió todo el ruido que hacían de celebración. Me enojo no poder saber que estaba pasando, por eso arrastre a Stephan a un lugar donde podíamos hablar.
- ¿Qué pasa? ¿Pensaban que era un homicida?- Pregunte yo alarmado y mirándolo directamente a los ojos.
- No te alteres Grisel, es un poco obvio las razones por las cuales no se sienten confiados contigo, primero y más importante tu hermano es Hipólito, las posibilidades de que te pases al otro lado son muy altas. Segundo, hace años, de hecho nunca habías venido a esta celebración, habían rumoras que decían que si alguna vez te presentabas aquí hiba a ser el fin del mundo. Ya conoces a los mortales, tan supersticiosos.- Se rio gravemente lo cual helo mi sangre y me empujo de nuevo a la plaza, ahora las personas cuando me veían me pedían fotos o me pedían que contara mi historia de cómo me había convertido en inmortal.
La horas pasaban igual que las bebidas que Stephan me daba caían como una catarata por mi garganta, cada vez que los minutos pasaban podía sentir más los colores, olores, sabores y no tanto las visiones, en vez de ver mejor me sentía viendo una película hipi. Lo último que recuerdo fue una imagen de todo danto vueltas y de pronto mi cara mirando al cielo lleno de estrellas.

Capitulo 9
- No desperdicies esas cosas, tonta. Algún día las necesitaremos y si en ese momento no hay ninguna de esas bebidas tú serás la próxima con una navaja atravesada por el cuello.
Escuche voces a lo lejos hablando de bebidas, instrumentos y sobre todo de mi. ¿Dónde estaba? Una intensa luz atravesaba mis parpados haciendo casi imposible seguir con los ojos cerrados. De pronto una sombra tapo esa luz y le agradecí pero después de unos minutos la luz volvió y con más potencia lo que hizo sorpresivamente abrir mis ojos grises. Frente a mí se encontraban dos figuras altas, no pude distinguir quienes eran, solo pude notar que una figura era la de un hombre de traje y sombrero y la otra figura era de una esbelta mujer.
- Ya sabes que hacer, simplemente trata de que cante y luego dame algo de información.- Dijo la voz del hombre que de alguna forma me sonaba muy conocida.
- Pero, ¿Qué pasa si no dice nada?
- Ese, querida amiga, será tu problema.- Escuche como alguien tragaba saliva en seco y como la figura del hombre caminaba a lo lejos. Luego el ruido de una puerta al cerrarse fuertemente.
La mujer suspiro y apago la luz que me cegaba pero al mismo tiempo me hacia quedarme despierto. Cuando mis ojos se volvieron a acomodar a la oscuridad pude distinguir a la mujer que se alzaba al frente mío mirándome todo el cuerpo pero sin hacer ningún gesto y ningún ruido.
Ella era hermosa en toda la palabra, llevaba puesto un vestido coctel rojo que contrastaba con su color de piel dorada la cual era de supermodelo. Tenía piernas largas, más o menos calcule que su estatura era de 1.70. Llevaba cabello corto completamente negro igual que sus enormes ojos. Sus labios eran más carnosos que los de mi amada Catalina y de su cuello estaba colgando un collar que parecía un colmillo largo pero completamente negro.
- Así que tu eres el tal Grisel ¿No?- Me quede callado viendo nuevamente sus ojos que brillaban con una intensidad sobre natural.- Contéstame- Dijo casi gritándome.
- ¿Tu qué crees?- Pregunte yo con rabia por todo lo que estaba pasando pero ella lo que hizo fue sacar debajo de su vestido corto un puñal el cual su mango era negro y con figuras talladas, algo muy familiar para mis ojos ¿Pero de donde?
- No te hagas el bufón, solo yo tengo el derecho de hacer las preguntas aquí. Tu solo respóndeme SI o No.
- Si, yo soy Grisel.- Dije alarmado por la proximidad de su puñal en mi cuello.
- ¿Sabes dónde estamos Grisel?- Pregunto con una sonrisa en sus labio dejando ver su perfecta dentadura.
- No, no sé donde me han encerrado.- Ella se rio un poco por mi respuesta.
- Que inteligente eres, más de lo que en realidad me dijeron. Es increíble cómo puedes tener una vida tan buena pero al final te caes en el fondo ¿No crees?
- Si, es increíble.- Me sentía nervioso. ¿Me iban a asesinar? ¡Oh! Hermosa Catalina la cual respondiste a mi sentimiento de amor. ¿Esto es el destino? Ya no podre vivir más a tu lado y no podre ver nunca a la criatura que hicimos juntos. Si este va a ser mi fin solo te puedo decir que siempre te he amado.
- Bueno, quiero llegar rápido al punto y para eso tendré que ser puntual, obviamente. Grisel, necesito respuestas tuyas, y necesito que sean sinceras y coherentes o alguien por aquí va a terminar sin dedos.- Dijo ella sacando un cuchillo enorme de carnicero y depositándolo en una mesa de metal que se encontraba a su lado.- Como entenderás la persona que puede perder más en este momento eras tú. Así que… ¿Vas a colaborar conmigo?- Tarde un poco en contestar su pregunta pero no tenia escapatoria si estaba pensando en un futuro ver a mi hijo junto a mi Catalina.
- Si. Prometo ser franco en mis respuestas.- Rendido eché mi cabeza al frente y me quede mirando al suelo mientras que escuchaba la leve risa cantarina de la mujer sentada al frente mío.
- Excelente. Entonces comencemos que la noche no es eterna.- La mujer suspiro y saco de un maletín un pequeño cuaderno con una pluma para escribir.- ¿Hace cuanto que conoces a la reina?
- Yo no cuento cuantos años pasan pero creo que le hable por primera vez cuando tenía 14 o 15 años, desde entonces ha pasado mucho tiempo, creo que en este momento si no estoy más tiene 18 o 19. Yo como inmortal no cuento los años. Simplemente veo como el mundo cambia mientras que yo sigo estancado.
- Aja.- Pronuncio sin importarle lo último que había dicho y anoto todo lo que dije en su cuaderno.- Entonces han estado juntos más o menos 5 años. ¿No? ¿Ósea que la primera vez que la viste fue cuando tenía 14 años?
- No, la primera vez que la vi fue cuando había cumplido 2 días de nacida, habían dicho que la nueva reina del norte había nacido y me enviaron a mí y a Sebastián a la Tierra. Fui, literalmente en el significado, su ángel de la guarda, tenía que ver cuando estuviera lista para transformarse.
- Wow, nunca pensé que fueras tan abierto, contar todas esas cosas a una completa extraña. Increíble
- Igual no tengo opción de decir no a contarte todos mis secretos ¿O me equivoco?
- No, no te equivocas pero recuerda que la que hace las preguntas en esta sala soy yo. ¿Catalina es muy poderosa?
- Podría vencer a todo un escuadrón del sur completamente sola. Pues, contando que sus escuadrones son de 40 demonios si se puede decir que es muy poderosa. – Me sentí orgulloso de ella pero al mismo tiempo muy mal porque después de haber dicho todo eso caí en cuenta que podían utilizar mis palabras en contra de ella.
- ¿Qué me dirías si te dijera que en un escuadrón esta el más poderoso demonio? ¿Ella podría vencerlo?
- Si, no lo dudo.
- ¿Y si ella estuviera enamorada de ese demonio?- Dijo una voz fuerte y grave que me recordaba a una terriblemente familiar. Un hombre acababa de entrar a la habitación donde me tenían amarrado y me dirigió una desgarradora sonrisa de superioridad.- Hola Grisel. Ahora contesta mi pregunta. ¿Catalina vencería a un demonio si ella estuviera enamorada de él?- La nueva persona en la sala se rio con un gran volumen. De pronto reconocí su cara y enloquecí.
- ¡Maldito!

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